La Isla de los Paseantes

Fue un once de noviembre el día que surgió (casi) todo. Yo había dejado la facultad hacia unos poquitos días y todavía no lograba acostumbrarme al uso abusivo del ocio. No sólo significaba quemar fusibles cada diez minutos sino también no dejar de hacer mil actividades a lo largo del día, que vistas por separado o en conjunto constituían el mismo absurdo de quien hace por hacer. En esos días me juntaba mucho a armar chácharas con Germán Novarini, quien me dio clases de guitarra desde los doce años hasta los dieciocho. A pesar de estar abarrotado de alumnos, siempre me hacía un espacio para salir a gitanear o tocar un rato.
El domingo anterior al once fue de abominable calor. Estábamos en la casa de Germán tocando algunas canciones, ya no se podía respirar, aún con las ventanas abiertas del décimo piso y todos los ventiladores. Por suerte a él se le enciende una luz que nos motivaría luego a prender unas cuantas más, lo que hizo que el calor deje de ser tan insufrible. Las novedades alivianan los dolores. La idea era ir para los pagos de 17 y 71, conectar nuestros amplificadores y musicalizar al aire con nuestras dos guitarras. Lo único que necesitábamos era luz.
A la otra semana ya estábamos parados en el medio del playón de la Estación Provincial buscando un lugar para largar nuestras guitarras. Mientras yo pensaba de donde sacar un toma corriente para tocar a un costadito de la calle, (y en segundo lugar, donde me podía comprar un sandwich) el visionario Novarini en un brote Hendrixiano sacudió su air guitar e invitó a los dioses: "¡Acá! ¡Acá hay que tocar!". Todavía no sabíamos muy bien que significaba eso, pero algo teníamos que hacer... por eso.
Nuestro primer paso fue entrar a pisada fuerte a la ex Estación, donde nos encontramos con quien nos señalaron como encargado u organizador. Este tipo era un extraño individuo llamado Fermín Mendizabal. La propuesta que le presentamos prácticamente la armamos en el momento, aunque a grandes rasgos sería: "nosotros queremos tocar ahí abajo... gil". A todo esto, le chamullamos un poco con que los bares saquen las mesas a la calle, y armar una Plaza Serrano platense, y quién sabe que más. A su vez fue algo que a la larga realmente nos terminamos creyendo. Ante nuestra novedosa propuesta, Fermín no tuvo mejor idea que llenarnos de incertidumbres, casi se podría decir que nos dijo que era imposible. Sin embargo, intercambiamos mails para mantenernos en contacto, de ahí salimos con la idea de que no era el lugar donde teníamos que ir a preguntar.
De ahí nos fuimos para Mirapampa, donde me encontré con Maite Doeswijk que estaba exponiendo unos cuadros. Le comentamos la idea y nos presentó a Verónica Farina que organizaba la muestra donde ella exponía. Ella podía hablar con la gente de los bares para ver que movida se podía hacer, pero ese día la señora Verofa andaba de aquí para allá, así que nos dio su tarjeta y nos dijo que le escribamos la propuesta. Nos fuimos un poco mal, o bastante...
Pero de todas maneras escribí la propuesta. Y se la envié a Verónica y a Fermín. Verofa nos dijo que los chicos de la Estación eran responsables de ese espacio y Fermín... nos dijo lo mismo. ¿Por qué la primera vez nos generó tantas dudas? Eso lo sabríamos un tiempo después con una cerveza de por medio. Resumiendo: cambio de gobierno+burocracia acultural. De todas maneras, desde aquel 11 de Noviembre, fuimos a visitar al señor Mendizabal unas cuantas veces, y mientras más veces íbamos, más parecía recordarnos. Claro que pasaron unos cuantas meses hasta que se aprendió nuestras caras... El nombre de la Isla de los Paseantes también surgió gracias a él, que en una de esas charlas previas nos preguntó: "Entonces... ¿¿¿esto sería como una Isla???". Rápidamente le respondimos que no, la isla aisla. La idea nuestra era integrar. Pero lo de Isla quedó dando vueltas a modo de chiste interno con Ger, así que finalmente... tomó un lugar.

El tiempo pasó y la idea fue cerrando.
En la gacetilla se resume el futuro que tomaría el ciclo:

A partir del 2 de Marzo...

La Isla de los Paseantes es un espacio creado para músicos que se adhieran a un marco sonoro tranquilo con la intención de ambientar y unificar las ferias y centros culturales que se albergan en la zona de 17 y 71, entre la Estación Provincial y los bares de las esquinas: Bar Imperio, Mirapampa y Ciudad Vieja. Los estilos musicales de los músicos invitados son variados: folk, bossa, electropop, tango, cantautores, etc.
Contamos con un escenario de 3 x 3 metros aproximadamente, con una altura de unos 30 cm situado en el playón de la Estación Provincial, de cara a calle 17, sobre el empedrado.
Las actividades de las ferias inician todos los Domingos desde las 15 hs, y luego del espectáculo de acrobacia en tela (de 17 a 18 hs) se iniciará el evento correspondiente a La Isla de los Paseantes. Durante el resto de la tarde se pasará música de bandas independientes y de todos aquellos músicos que nos alcancen su cd o su demo.

EL EVENTO ES GRATUITO

Nos movimos muchísimo para que el ciclo salga a flote, además de que gastamos muchísimo dinero en publicidad, viáticos, comida, celular. Y bueno, nos robó muchísimo tiempo. Pero también nos hizo crecer mucho por otros lados. Personalmente me encontré con mucha gente con la que compartir vinos, canciones y amistades. Todo lo bueno del ciclo giró en torno a la gente a la que le podemos agradecer, que no son pocos, no podría contarlos porque realmente son muchos. Al menos, sí les agradezco a los músicos que tocaron y a las personas que fueron mencionados en este breve relato porque se portaron realmente bien con nosotros.

Estos son los rockstars que tocaron:

Miro y su Fabulosa Orquesta de Juguete, El Guerrero Fuera de Tiempo y el Portal de Expansión Galáctica, Pablo Matías Vidal
Seba Rulli,Campesino Salvaje, Laura Citarella, El Soviético, Amigos íntimos de Narda Lepes,
Primer Hombre Internacional, Crystal, Lumilagro (o Valeria y los Patamuslo), Parte Victoria, Alelí, Diegomartez, Amancay, Lucio Luchessi y Rosario Bléfari.

Gracias a todos :D